Desde el punto de vista de la psicología, la envidia es un trastorno psicológico y emocional, que se caracteriza por el deseo de que el otro –el envidiado- no tenga lo que tiene, que no sea verdad que tenga lo que tiene, de que el éxito que lo caracteriza no sea verdadero ni duradero o que realmente no tenga la riqueza material que se le observa.
La envidia es básicamente un sentimiento de enojo y tristeza por lo que el otro tiene y tú nunca podrás tener, es decir, te das cuenta de ello, piensas que jamás podrás tener lo que él o ella tienen y eso es lo que con pesar reconoces.
No obstante, la envidia tiene dos sentidos:
El primero es la envidia pura y dura, es la envidia maligna, es aquello que no puedes aceptar, que al otro le vaya mejor que a ti, que tenga más dinero, casa, carro, estudios, cuerpo, pretendientes, entre otras cosas que tú, que gane desde el partido político opuesto hasta el equipo de fútbol favorito. La envidia no es solo desear lo que el otro tiene, lo que caracteriza a la envidia verdadera es, el deseo de que el otro no tenga lo que tiene y que no sea verdad que lo posea, se centra en el otro de forma imaginativa, más que en sí mismo; otra característica de la envidia es que, es secreta, no lo dices, se lleva por dentro, no se externa, es intima, pues la expresión de la envidia cree el que la siente que manifiesta un reflejo de inferioridad.
La envidia es verdaderamente agresiva cuando se dirige de arriba hacia abajo, es decir cuando un subalterno es envidiado por un jefe o superior, sobre todo si es por ejemplo: más inteligente, más guapo o más joven, este tipo de envidia surge principalmente en el trabajo y en las relaciones jerarquizadas, pues sentirse superado por un inferior es muy doloroso, excepto en aquellos casos, donde el jefe puede atribuirse los atributos del subalterno a través de todo o parte de su éxito y su producción adjudicada al envidioso por él mismo.
La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento
Otro factor, que potencializa la envidia es, la cercanía, un refrán menciona que “la envidia del amigo es peor que, el odio del enemigo”, también conocida como envidia proximal, se presenta en la familia y las amistades principalmente, aunque en las relaciones de trabajo también se presenta; se caracteriza por la envidia que se produce por los éxitos de los compañeros de trabajo, de los hermanos, la familia en general y los amigos, es ansiosamente distinguida la envidia al desear que el éxito de los adversarios sea mejor que el del envidiado por un lado, y por otro lado, el lazo competitivo en cualquier ámbito social o de trabajo el comportamiento hipócrita del envidioso será una tapadera de su sentimiento al acercarse y dar el elogio al envidiado. Ahora, cuanto este tipo de sentimiento tiene lugar en la familia, generalmente ocurre entre los hermanos, puede resultar dolorosa y agresiva tanto para el envidioso como para el envidiado, por ejemplo las herencias, cuando las padres no justifican adecuadamente la repartición de los bienes, generan envidia y rencor entre sus hijos. Este tipo de envidia o envidia maligna se relaciona con la conducta inmoral o de deshonestidad para, derrotar y hacerlo caer, siendo una permanente e interminable fuente de hostilidad al envidiado.
Un ejemplo de éste tipo de envidia ocurrió hace unos 20 años, cuando una compañera le comentó a un compañero sobre un curso que la iban a contratar en una institución educativa, al siguiente lunes que firmaría el contrato, le cancelaron; a los 4 meses sin querer, una amiga de ella le comentó que fulana equis estaba dando el curso que ella iba a dar, hasta ese nivel llega la envidia de los compañeros de trabajo, pues esa chica era la novia del compañero a la que ella inocentemente le comento sus planes.
El segundo es, la envidia de la buena o envidia benigna, esa que se considera sana, éste tipo de envidia puede motivar a ser mejor uno mismo, es igual que la admiración; esta puede ayudarnos a mejorar en el área en la que nos desempeñemos. Un ejemplo de esta situación, es estudiar un curso en el extranjero que sabes que ayudará a tu desempeño profesional, al saber que equis persona también lo realizó.
Todos hemos sentido envidia alguna vez y por supuesto nos han envidiado también, y se observa a través de, convencernos nosotros mismos o convencer a los demás al infravalorar los logros o éxitos del envidiado o que te lastimen e impidan tu crecimiento quienes te envidian. A través de comentarios como: no es tan bueno en su trabajo como le hacen creer, parece inteligente pero no lo es, hay quien hace mejor su trabajo que él o ella, pues todo lo que argüimos hacia esa persona, no es más que el reflejo de la envidia que sientes o que siente quien emite el argumento; sin embargo, es diferente al expresar las intenciones detectadas en las personas y que se llegarán a comentar entre amigos y familiares.
Ahora, como todo humano que eres, si en algún momento has sentido envidia es normal, el meollo del asunto es que no se convierta en un sentimiento nefasto, que no te deje dormir o hacer lo que cada día haces por estar al pendiente de la vida del supuesto envidiado; por otro lado, si te has dado cuenta que alguien es envidioso hacia tu persona, no te centres en el sentimiento de quien te envidia, pero ten cuidado; sin embargo, una solución para ambos casos es la siguiente, lo más recomendable es alejarte de esa persona, no hablar de ella o él, no revisar sus redes sociales, no seguir ni enterarte de nada de lo que hace, no pensar en él o ella, y poco a poco te darás cuenta que ese sentimiento de envidia que sentías ya nada significa para ti, y el envidioso se percatará que te diste cuenta de su ardid.
Aquí algunas recomendaciones para superar alguna envidia:
- Identifica y acepta por qué sientes esa envidia. Saber la causa y poder mitigarla.
- Expresa esos sentimientos de envidia. Una de las mejores formas es escribirlas sólo para ti.
- Acepta a la persona que envidias. Aceptarlo fortalece tu empatía y debilita lo negativo que sientes.
- Céntrate en tus capacidades y fortalezas. No te compares, no minimices tus esfuerzos.
- Rodéate de personas agradecidas. Es importante agradecer lo que tienes y eres.
- Halaga a las demás personas. Adopta una actitud de ver lo bueno de los demás.
- Busca nuevos retos. Intenta cosas que jamás hayas realizado, busca siempre tu superación personal y profesional.
- Observa tus avances. No te enfoques en lo que te falta; enfócate en lo que has conseguido y el gran ser humano que eres.
Próximamente, estará en la plataforma el curso Envidia: mirando con maldad, en éste curso-taller aprenderás más sobre éste sentimiento, y como afrontarlo con herramientas y actividades que te ayuden a identificar la envidia, no sentirla, y atreverse a desenmascarar al envidioso. Sé que te encantará.
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Por: Dra. Rocío Jaubert.
Founder & Instructor.
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